Canción, espectáculo y fans
- Café con Audiencias
- 24 may 2015
- 2 Min. de lectura
Si tuviéramos que escribir la fórmula de Eurovisión sería sin duda canción, espectáculo y, sobre todo, fans. Los seguidores acérrimos de este festival ni son pocos ni silenciosos. Año tras año los salones de toda Europa se llenan de espíritu festivalero. Más de una televisión se habrá llevado un inmerecido improperio ante un Portugal agarrado o alguna sacudida por algún esperado, y cada vez más escaso, "twelve points" para "Spain".
Este año Europa se ha reunido entre banderas, aunque no en Bruselas, para celebrar la 60ª edición del Festival de Eurovisión. Y como gran fenómeno de masas, en Café con Audiencias no podemos dejar de hacer un análisis especial.
Cada vez la audiencia de este festival se ve más mermada a causa de la gran oferta televisiva del día y difícilmente se volverá a conseguir aquel 80% de share que consiguió "Rosa de España" con Europe is Living a Celebration. Sin embargo, este año Edurne y su Amanecer han roto esta tendencia a la baja que ya habían deshechado anteriormente Rodolfo Chikilicuatre (2008), Daniel Diges (2010) y Pastora Soler (2012). Con un 39,3% de share, fueron casi 6 millones los españoles que se congregaron ante sus televisores para ver el 60º aniversario de Eurovisión.

Esta 60ª edición ha traído muchas cosas nuevas y algunas que ya nos llevan generando dudas desde hace años.
La principal pregunta que se escuchó fue la que pedía explicaciones por la presencia de Australia en el festival.

Pues detrás de este caso están, ni más ni menos, que las audiencias. En Australia llevan 30 años emitiendo en abierto el Festival de Eurovisión, cosechando audiencias de alrededor de los 3 millones de espectadores (dato aproximado que hizo D'Nash allá por el 2007 en España). Esta pasión ha hecho que presetaran candidatura para este 60 aniversario. "Building bridges" —el slogan de este año— no podía ser mejor lema para esta invitación que ha generado más de un comentario jocoso y confuso entre los eurofans, como esta camiseta de Etsy parodiando el mapa de Europa tras la visita de Australia al festival.
Fuente: Etsy
Suecia se alzó con su sexto trofeo de cristal gracias a Måns Zelmerlöw y su novedosa puesta en escena con Heroes. La rusa Polina Gagarina y su millón de voces no logró más que un segundo puesto entre caras de sufrimiento en la green room y los Il Divo modernos se tuvieron que conformar con un tercer puesto. Edurne cayó a un 21º puesto ante la sorpresa de los eurofans, que la situaban cercana al top 10. El peculiar baile que realizó dio lugar a centenares de bromas en internet que la comparaban con dibujos animados e incluso la situaban separando a Portugal de la Península Ibérica.

Otro año más Eurovisión vuelve a coger las maletas y en esta ocasión a una ciudad incierta de Suecia (en Malmö no será ya que el Festival del 2013 se celebró allí tras la victoria el año anterior de Loreen). Así que en un año, a por la edición 61.
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